Las ojeras hundidas son las ideales para rellenar con Ácido Hialurónico. El resultado es un rostro más descansado y juvenil. Este ácido da soporte a los tejidos para que esta zona se vea más pareja, además hidrata profundamente la piel.
Mediante una microcánula se inyecta ácido hialurónico en la zona del surco lacrimal. Es un procedimiento indoloro y rápido que se realiza en una sesión, con la posibilidad de retomar inmediatamente a las actividades diarias. En los casos donde la pérdida de volumen se acompaña de cambios pigmentarios también es necesario tratamiento despigmentante con láser fraccionado o peelings químicos.